martes, 25 de octubre de 2016

AL OTRO LADO DE LA VENTANA

MERCADO DE INVIERNO

Al otro lado de la ventana ningún movimiento. Después de quince días de discreta pero continua vigilancia, no había ningún indicio de vida en aquella casa. Mucho menos del hombre más buscado desde la muerte de Bin Laden. Sin duda la información del confidente no era fiable. Tampoco las palabras en aquél azulejo, a la entrada, podían considerarse como una pista sólida. El teniente leyó una vez más: Aquí vive uno del Atléti.



LÍNEA 6

Al otro lado de la ventana, afuera, nada de nada. La más absoluta oscuridad a cualquier hora del día o de la noche. Eso sí, desde bien temprano y hasta bien entrada la noche, cada cuatro minutos, un torbellino estruendoso, que debe de ser lo más parecido a un ataque de artillería, agita toda la casa en lo que dura un avemaría. Tendría que habernos escamado un alquiler tan barato y ese anuncio de vivienda sótano entre Argüelles y Moncloa.




(Relatos presentados al concurso Relatos en Cadena, de la SER. Frase de inicio obligada: Al otro lado de la ventana).

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